
- La poesía lírica intimista, que expresa los anhelos y frustraciones del poeta: sentimientos como el amor, el desengaño o la soledad, y temas sociales y religiosos. En esta tipo de poesía es en la que el sentimiento romántico encuentra su mejor medio de expresión. En esta corriente destacan Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro.
- La poesía narrativa, que recoge leyendas y temas históricos, cultivada por Espronceda, el duque de Rivas y Zorrilla.
3.1. CARACTERÍSTICAS FORMALES DE LA POESÍA ROMÁNTICA
En cuanto al aspecto formal, los poetas románticos, se liberan de las normas neoclásicas y realizan considerables innovaciones.Si algo caracteriza a la forma de la poesía romántica es la libertad creadora, y con ella la oposición total a todas las normas, pues la inspiración y el genio individual están por encima de ellas.
Se rechazan los modelos, se mezclan los géneros y subgéneros, la prosa y el verso, todo se somete al subjetivismo, a diferencia del Neoclasicismo, se intenta despertar en los lectores las mismas emociones y sentimientos que los escritores sintieron al escribir. Por ello se llevan a cabo innovaciones métricas: los poetas románticos impulsan la polimetría, es decir, combinan verso y estrofas diferentes en una misma obra; rehabilitan formas casi olvidadas (silba, romance, octava real); e incluso, rechazan las leyes de estructuración y el orden lógico, introduciendo digresiones, fragmentación –falta de trabazón conectara-, comienzos in medias res que es una técnica literaria donde la narración comienza en mitad de la historia, alteraciones cronológicas, etc. En definitiva, inspiración e irracionalismo, regidos sólo por los impulsos sentimentales de cada momento.
El léxico se llena de palabras que sugieren la melancolía, la nostalgia, la desesperación, el amor imposible, la muerte... Desaparece en general la mitología clásica y en su lugar surgirán nuevas imágenes o se adaptarán otras de la tradición literaria para expresar sentimientos vitales (vida = nave llevada por el viento; camino = vida como esfuerzo hacia un dramático límite: la muerte); o para indicar la fragilidad y la delicadeza (flores, como expresión de fugacidad de la belleza), el vencimiento del desengaño, las ilusiones perdidas (ríos turbios, desiertos, árboles rotos, hojas caídas). Por otra parte, para la expresión de la belleza femenina se recurrirá al tópico clásico (miembros bellos como el cristal, ojos como luceros o astro nocturnal, boca de perlas orientales).
En general, el estilo es muy exaltado, pasional y desbordado. Emplean muchas exclamaciones e interrogaciones retóricas.
3.2. ETAPAS DE LA POESÍA ROMÁNTICA
3.2.1. Época de plenitudLas características anteriormente citadas responden sobre todo a la época de plenitud del movimiento romántico (1834-1845).
3.2.2. Romanticismo tardío
A partir de 1850 y hasta 1870 (momento de consolidación de la novela realista), la poesía romántica experimentará una crisis que alumbrará un nuevo ambiente lírico capaz de dar paso a la lírica contemporánea. Es lo que algunos han llamado Posromanticismo o Romanticismo tardío, una poesía de tono diferente, más íntimo, menos pomposo y retórico, que busca conmover al lector con una voz velada y melancólica.
Es el momento de Bécquer y Rosalía de Castro. Estos autores se quedan con la esencia del Romanticismo; con la melancolía, el rechazo a la realidad, etc. Se trata de la culminación de la lírica intimista. Ambos se inclinan por una lírica introspectiva y sencilla.Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro son los poetas más importantes de la etapa de transición, que abarca de 1845 a 1870. Durante este período se va atenuando progresivamente el Romanticismo y empiezan a desarrollarse las tendencias realistas. Estos dos autores son poetas románticos regazados, a quienes no gusta la poesía prosaica de escritores como Campoamor, o la poesía retórica de, por ejemplo, Núñez de Arce. Ambas tendencias muestran ya influencias del movimiento realista. Tampoco les gusta la poesía exaltada y grandilocuente de románticos como Espronceda o lord Byron. Prefieren un tipo de lírica intimista y natural, que sigue el modelo de los románticos alemanes, especialmente el de Heine, quien, a su vez se inspira en las formas líricas tradicionales.
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