Este se caracteriza, principalmente, por ser una época de grandes cambios (tanto en política, como en la literatura).
La sociedad de la época fue fuertemente marcada por varios hechos trascendentales del siglo XVIII. Estos son la industrialización y la revolución Francesa.
La industrialización, que empezó con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos (haciendo que no tuvieran que hacer trabajos tan duros y largos) acabó por empeorarla. Eso fue a causa de que al utilizar máquinas, hubo mucha gente que fue despedida y por lo tanto no tenia como ganarse la vida y se vio obligada a mudarse a la ciudad, donde, por la grande demografía, fue mucho más fácil el contagio de ciertas enfermedades que acabaron con la vidas de muchas personas. Así aparecen las llamadas clases obreras y la burguesía gana poder.
Por otro lado, la Revolución Francesa (1789), había despertado en la gente un cierto espíritu “inconformista” que les llevaría a crear un bando liberalista. Y gracias a que la burguesía (parte del pueblo con poder) estaba aumentando su fama, difunden la idea de libertad, igualdad y fraternidad propias de la Revolución Francesa.
Estos liberales defienden las libertades individuales (de pensamiento, expresión y asociación) y la soberanía popular (que el poder resida en el pueblo que sean ellos que mediante el sufragio universal puedan elegir un representante).
Durante todo este siglo hay dos bandos con ideales opuestos, unos son los liberales que acabamos de mencionar y los otros son los conservadores (que defienden el absolutismo y son partidarios de seguir como hasta la fecha).
A parte, centrándonos más en Europa, el intento de invasión de los ejércitos napoleónicos (comandados por Napoleón Buenaparte), tuvo a toda Europa en una fuerte guerra durante los primeros años.
Ante este ataque, se intentan restaurar los ideales del antiguo régimen (religión, monarquía...) pero a la vez surge algo positivo, el espíritu nacionalista, que implica un sentimiento patriótico al querer reafirmar su identidad histórica y cultural frente al invasor.

Como podremos ver más adelante, esos mismos ideales influirán en los autores Románticos. En sus obras, los autores (tanto liberales como tradicionales/conservativos) expresan insatisfación por los que están en el poder y por la sociedad.
Los tradicionales manifiestan inconformismo ante quienes quieren volver a los ideales del Antiguo Régimen.
Los liberales, por otro lado, se quejan de la sociedad pero a la vez, intentan introducir de nuevo los principios de la libertad, la amistad, la fraternidad, el individualismo y los derechos humanos que se han perdido desde la revolución Francesa para que de este modo, la sociedad progrese.
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